Clavo/Clove
El Clavo, es la flor del árbol del clavo o clavero, Syzygium
aromaticum. Sus botones secos, capullos de flores que aún no se han abierto, se
denominan clavos de olor o giroflés y se usan como especia en las cocinas de
todo el mundo. El nombre deriva de la palabra clavo, de los fabricados en las fraguas
artesanales, ya que la forma del botón floral guarda un gran parecido con
ellos.
Hasta tiempos modernos, los
clavos de olor crecieron sólo en algunas de las islas Molucas, históricamente
llamadas "Islas de las especias". No obstante, encontraron camino a
Europa y el Medio Oriente ya antes de nuestra era. Hoy en día los clavos son
cosechados principalmente en Indonesia y Madagascar. También crece en Zanzíbar,
India y Sri Lanka.
El clavo de olor tiene una
potente fragancia la cual se debe al eugenol, aceite esencial éste, que contienen también otras especias como la nuez
moscada y la canela. Proporciona una mezcla de sabores acres, calientes, refrescantes,
picantes, dulces y astringentes, que resulta deliciosa utilizada con mesura y
que combina perfectamente tanto en platos salados, como en dulces.
Casi todas las cocinas del
mundo incluyen en su recetario a esta antigua especia, frecuentemente utilizada
en la preparación de salsas y guisos, en legumbres y verduras, en carnes y
marinados de éstas, en arroces, en conservas y escabeches. También es usada
para aromatizar bebidas y en repostería. Incluso hay salsas de elaboración industrial
como la Worcestershire, que incluye el clavo entre sus ingredientes.
Es el clavo una especia que
forma parte también de algunos blends o mezclas muy conocidas como, las Cinco
especias chinas, el Tarka, las 7 especias libanesas, el Tandoori Masala, el
Garam Masala o el Ras el Hanout, entre otras.
Como he dicho anteriormente,
el clavo es una especia que debe utilizarse con tino, ya que puede pasar de realzar
una elaboración, a convertirla en un estrepitoso fracaso dado la potencia de su
aroma y sabor.