Ortiga/Nettle



La ortiga, Urtica dioica, es el nombre común de una de las plantas de la familia de las urticáceas. La característica más conocida de esta planta es la presencia de pelos urticantes cuyo líquido cáustico, acido fórmico o metanoico, produce una irritación con picor intenso en la piel cuando se le toca o roza. Antiguamente se le llamaba también  "la hierba de los ciegos", pues hasta éstos la reconocen con solo rozarla.

La denominada como ortiga mayor u ortiga verde, es la más común. Es una de las plantas que más aplicaciones medicinales posee, y su uso ha ido desde la cosmética hasta el forraje, pasando por ser sustituto del algodón para fabricar telas y también empleada, como no, en la cocina.

La ortiga es una buena fuente de vitaminas A, C y E, así como B1, B2, B3 y B5. También es rica en calcio, hierro, potasio, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y zinc, además de ácido fólico.

Esta planta siempre fue considerada comestible. En la antigua Grecia eran muy aficionados a ella, y se aconsejaba recogerla en primavera, cuando sus brotes eran más tiernos y adecuados para ser consumidos en ensaladas. De hecho, la ortiga pierde sus propiedades urticantes después de un corto tiempo de cocción, al igual que después de 24 horas de su recogida, por lo que, presumiblemente, no debería haber problemas al comerla cruda. Aún así, conviene blanquearla previamente para descartar posibles reacciones.

La ortiga tiene un sabor suave, refrescante, con cierto toque mentolado. Puede remplazar a la espinaca en muchas preparaciones, bien sea como guarnición, cocida o combinada con otros ingredientes y usada para rellenar raviolis y/o pasteles. Sus brotes suelen emplearse en tortillas o risottos, lo mismo que en sopas de verduras y guisos, bien sean solos o mezclados con otras hierbas.

Por lo general se usan las hojas frescas y jóvenes, pero no está de más disponer de hojas secas, para preparar tisanas y tés.

Asimismo las hojas de ortiga secas, se emplean como especia. Su uso en reducciones para salsas emulsionadas, en sustitución, por ejemplo, del estragón, hará las delicias de los paladares más exigentes.