Orégano/Oregano
El Orégano,
Origanum vulgare, es una hierba aromática perenne originaria de la región
mediterránea y Eurasia. Por lo visto, se cultivó originalmente en Grecia, y fue
utilizado por primera vez por los griegos. Éstos creían que esta hierba fue
creada por la Diosa Afrodita, y que Ella quería que fuera un símbolo de alegría
creciendo en su jardín.
Los siguientes en adoptarlo fueron los
romanos, que disfrutaron del sabor y de lo fácil que era cultivarlo. Su amor
por esta hierba fomentó su uso en toda Europa y el norte de África.
El Orégano
también hizo el viaje a China, donde se usó con fines medicinales contra la
fiebre, vómitos y molestias estomacales.
Esta hierba ha sido utilizada en la antigüedad
para casi cualquier cosa, desde conjuros para la felicidad, la suerte, la salud
y la protección, hasta la provocación de sueños psíquicos.
Durante la campaña italiana en la Segunda
Guerra Mundial, las tropas norteamericanas descubrieron el orégano y lo llevaron a Estados Unidos. Esta hierba, se naturalizaría
en zonas de este país y también de México, aunque esta variedad de orégano, no
es exactamente igual a la mediterránea y será objeto de otro post.
Esta hierba aromática, es empleada por multitud
de culturas, tanto europeas como de Oriente Medio, Asia y América. Es una excelente
fuente de vitamina K, fibra dietética, calcio y hierro.
El orégano, que es una de esas hierbas que
multiplican sus propiedades una vez secas, es muy aromático, con matices cítricos
muy sutiles. Huele a heno, a monte, a silencio en medio de la nada. Tiene un sabor ligeramente floral y amargo con
notas de limón y picante.
Sus cualidades gastronómicas son apropiadas
para todo tipo de platos, y van desde las omnipresente pastas y salsas de
tomate, hasta guisos, marinadas, embutidos, carnes y chiles. También para ensaladas,
panes, quesos e infusiones.
Forma parte de varias mezclas clásicas de
especias, y de muchos blends exóticos.
En los guisos, el orégano se debe agregar
al final de la cocción para evitar la pérdida de sabor.