Tomillo/Thyme



El Tomillo más común, Thymus vulgaris, es solo un tipo de las más de 40 especias de hierbas del género Thymus, que se consideran aromáticas. La mayoría de éstas son nativas del Mediterráneo, aunque también se pueden encontrar en otras regiones templadas de Europa y Asia, África del Norte, y hasta incluso Groenlandia.

La reputación del Tomillo como sanador y protector se remonta a miles de años atrás. Los egipcios lo usaron en sus embalsamamientos, los antiguos griegos lo utilizaron por sus propiedades antisépticas, y Dioscórides, célebre medico griego, botánico, farmacólogo, y escritor de la famosa obra De Materia Medica, principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento, lo mencionó por su valor como expectorante.

En la época romana, la costumbre de comer tomillo antes o durante una comida como protección contra un posible envenenamiento, era dogma de fe. Incluso existía la creencia de que un baño en agua tibia, generosamente aderezado con tomillo, detendría los efectos del veneno, caso de haberse consumido inadvertidamente.

La historia del Tomillo está llena de pociones de amor, hadas, caballeros de brillante armadura, humo, coraje y sacrificio. Sin embargo, el origen de su nombre sigue siendo un misterio. Aunque se han hecho varias interpretaciones, la más plausible parece ser la que deriva del griego Thymon que significa “fumigar”, después de que Plinio lo recomendara para la fumigación.

La planta del Tomillo, adaptada a resistir largas sequías, tormentas de granizo y heladas monumentales, está muy estrechamente ligada a la idiosincrasia de los pueblos que han tenido la fortuna de tenerla en sus campos, en sus montes, casi rozando su mar. Y es que efectivamente puede encontrarse en monte bajo, en laderas, en prados, en tozales, en caminos pedregosas y otros andurriales, desde el nivel del mar hasta casi 2000 m. de altitud.

El uso del Tomillo en gastronomía está totalmente extendido alrededor del mundo, desde occidente a Oriente Medio, América Central y Latina, México o Jamaica. Toda la planta es intensamente aromática, y su sabor a monte, a hierba, con notas de clavo, y la acritud salada distintiva del tomillo, aportan una grata profundidad a las preparaciones en las que se incluya.

Es tradicional en el bouquet garni, en las Herbs de Provence, en el Za’atar, y en innumerables mezclas de hierbas frescas y/o blends de especias.

El Tomillo combina con éxito con casi todo con lo que se cocine, sea ternera, cordero, pollo o pato. En marinadas para caza y rubs, con pescado y sopas de marisco. En farsas para aves o patés, embutidos y quesos. También con mantequillas aromatizadas, mayonesas de hierbas, vinagres y mostazas.

En panes, pasta y arroces, verduras o cremas, también con variantes dulces de estas últimas. Añadir una ramita de Tomillo fresco a la infusión de leche, limón y canela, para natillas o leche frita, le da un giro verdaderamente sorprendente, y apetitoso, al sabor final.