Pimienta Sanshō/Sanshō Pepper



La Pimienta Sanshō, Zanthoxylum piperitum, también conocida como pimienta japonesa, pimienta coreana o pimienta de limón. Estas bayas son los frutos obtenidos de las vainas del fresno espinoso japonés, de la familia de los cítricos y ruda, la misma que la pimienta de Sichuan. Este pequeño árbol, es oriundo de Japón, sur de la península de Corea, y China continental.

Los orígenes exactos de esta falsa pimienta siguen siendo desconocidos. Sin embargo, ha crecido salvaje en muchas áreas de Japón, y hay documentación que hace referencia a la baya de Sanshō, y que data del Período Jōmon, (14.000 a 300 a. C.).

La baya de Sanshō también ha sido registrada en documentos históricos chinos, que dicen que se ha encontrado en la naturaleza desde alrededor del siglo III.

En Japón, el mayor exportador de esta pimienta, la prefectura de Wakayama tiene la mayor parte de la producción nacional, el 80%, y cosecha una variedad especial llamada Budō Sanshō, que tiene grandes ramilletes de frutos, muy parecido a un racimo de uvas.

El nombre Sanshō o Chopi se refiere a las bayas específicamente, pero las aromáticas hojas, la raíz y la corteza del árbol, son comestibles también.

Las bayas de Sanshō contienen Hydroxy Alpha Sanshool, Sanshool para los amigos, una molécula que hace que las bayas sean pungentes y responsable del efecto entumecedor en la lengua cuando se come. También aporta flavonoides, y es fuente rica de vitamina A, calcio, fósforo y potasio.

Estas bayas, tienen la piel llena de desniveles o baches, son de un vibrante color verde y se asemejan a una alcaparra en tamaño. Están disponibles desde finales de primavera hasta principios de otoño, y pueden encontrase frescas congeladas, frescas secas, en polvo o confitadas.

Tienen un abanico de notas gustativas entre las que se pueden reconocer, piel de mandarina, lima kaffir, menta, yuzu, lemongrass y un toque ligeramente picante que recuerda a ciertas pimientas.

En cuanto a su registro aromático, puede describirse como afrutado y balsámico, con tonos torrefactos, a humo, brasas o yodo.

¡¡Alucinante!!

Las aplicaciones gastronómicas de esta pimienta no tienen parangón, y se deslizan del mundo salado al dulce con una sutileza que sólo una magnífica especia es capaz de conseguir.

Sus delicadas fragancias de cítricos estarán en perfecta armonía con una cola de bogavante o langosta, aves poêle o pochée, queso o foie gras.

Combina especialmente bien con pescados y carnes a la parrilla. También aporta una nueva dimensión a caldos, salsas, fideos, sushi o ramen. Huevos, pato y cerdo en sus distintas elaboraciones son un maridaje igualmente exquisito.

En postres de chocolate, sabayones, cremas y cítricos, como las cáscaras de naranja confitada, o ensaladas de frutas, dará una nota de sofisticación.

Las bayas frescas se pueden usar para infundir aceites y salsa de soja, o incluso para dar sabor a licor.

El polvo de Sanshō es un ingrediente en la mezcla de siete especias de Japón, y puede emplearse como aromatizante para sales, blends de especias, y otros condimentos.