Mantequilla Café de Paris/Café de Paris Butter

En cocina existen diferentes fórmulas para condimentar cualquier tipo de alimento, o impregnarlos del delicado sabor de la mantequilla, y los aromáticos que deseemos.

Estas elaboraciones base se denominan: Mantequillas Compuestas/Compound Butter.

La mantequilla compuesta, en una mantequilla aromatizada que se elabora mezclando hierbas, especias u otros ingredientes con mantequilla ablandada.

Suele considerarse el toque final, en la que añadiendo una pequeña porción encima del alimento a condimentar, se deja que se derrita, incorporando los sabores integrados en la mezcla.

Pero esta elaboración aparentemente sencilla, implica una larga y rica historia que abarca siglos, continentes y tradiciones culinarias.

Al igual que los libros de cocina, la mantequilla compuesta es una silenciosa guardiana de la memoria cultural.

Parece ser que, los orígenes de la mantequilla compuesta se remontan a la antigüedad, aunque no se conoce ninguna receta etiquetada como “mantequilla compuesta” en los textos antiguos, la idea de mezclar grasa con sabor es muy antigua.

Los manuscritos culinarios romanos de Apicius, siglos IV y V d.C., incluyen instrucciones para aromatizar aceites, carnes y, a veces, incluso productos lácteos.

En las regiones más frías, la mantequilla se convirtió en la grasa preferida, y no pasó mucho tiempo antes de que los cocineros comenzaran a infusionarla con hierbas y aromáticos.

En la Europa medieval, las mantequillas aromatizadas eran probablemente un subproducto natural de las regiones lecheras ricas en hierbas, donde, la mantequilla almacenada en cubetas de madera o en paños, podía absorber las esencias del ajo o el tomillo almacenados cerca.

Curiosamente, algunas de las elaboraciones que hoy se consideran sencillas, han sido fruto de un error afortunado.

Sin embargo, las recetas formales comienzan a aparecer en la cocina francesa.

La codificación de las mantequillas compuestas tuvo lugar durante el auge de la alta cocina francesa en los siglos XVII y XVIII, en que los cocineros comenzaron a utilizar la “Mantequilla Maître d'hôtel”, como ingrediente básico para acompañar las carnes a la parrilla.

En el siglo XIX, chefs como Marie-Antoine Carême y Auguste Escoffier elevaron las mantequillas compuestas a una técnica digna de ser documentada.

Tanto en el famoso libro Mi Cocina, de Escoffier, como en El Práctico, ambos verdaderas obras de arte, se pueden encontrar docenas de variaciones de mantequillas compuestas, cada una con un propósito específico, formando parte integral de la combinación de sabores de los platos.

¿Como se elaboran las mantequillas compuestas?

Primeramente, se trabaja la mantequilla en pomada, aireándola con una varilla de cocina.

A continuación, se preparan los aromáticos, sabores, especias, jugos, licores, etc, que nos apetezca añadir, se incorporan a la mantequilla, y se amasa bien.

Seguidamente se forman rulos, con papel de horno o film, y se refrigeran.

Cuando se quiera utilizarla, solo hay que cortar la porción adecuada y ponerla encima del alimento principal, que al estar caliente, funde la mantequilla aromatizada impregnándolo de su sabor.

Hay muchos tipos de estas mantequillas, de hecho, forman parte de las salsas base, y añadiéndolas a otra salsa cambia el sabor y el nombre.

Por ejemplo, la salsa Nantua.

Salsa Bechamel + Mantequilla de cangrejos + Crema de leche = Salsa Nantua

Sus usos son variados y dependen en ocasiones de los ingredientes y claro, de los gustos personales, algunas combinan maravillosamente con mariscos, pescados y crustáceos, otras con verduras y vegetales, salteados o a la inglesa, y otras con carnes, bien sean salteadas o emparrilladas.

Sea como fuere, te ha de gustar la mantequilla, de lo contrario, más vale no hacer la prueba.

Se puede encontrar un amplio abanico de mantequillas aromatizadas, y por lo general, se conocen los ingredientes, o bien creamos nuestra propia mezcla teniendo en cuenta nuestros conocimiento y gustos, pero de todas las mantequillas compuestas, hay una que está envuelta en un halo de misterio.

La Mantequilla Café de París.

Parece ser que, en 1930, el Sr. Boubier, entonces propietario del "Restaurant du Coq d'Or" en Ginebra, creó para el deleite de sus clientes una mantequilla muy original, embellecida con múltiples especias, hierbas y otros ingredientes, creando así la auténtica "Beurre Café de París", que, acompañando carne de vacuno a la parrilla, se convirtió rápidamente en un gran éxito.

El Sr. Boubier confió entonces su receta secreta a su hija, cuyo esposo, era el propietario del actual Café de París en la Rue du Mont-Blanc 26, de Ginebra.

Este último, y según la información disponible en su página web, tuvo la excelente idea de transformar su establecimiento, entonces una brasserie, en un restaurante que ofrecía un solo plato: “L’entrecôte Café de Paris”. 

Este enfoque tan rompedor y su ubicación, cerca de la estación de tren de Cornavin, hicieron que el restaurante se convirtiera en local de moda, muy frecuentado, y volviéndose famoso en breve espacio de tiempo.  

Además, el Sr. Dumont, propietario del restaurante y hombre de amplia visión, presentó esta receta única en la Exposición Nacional de Lausanne de 1964 y y en la Exposición Universal de Montreal de 1967.

Tras muchos años al frente del Café de París, el Sr. Dumont, sin herederos directos, vendió su establecimiento y su secreto a la propietaria de Le Parisien en Ginebra, quien fue una de las primeras en impulsar una organización dedicada a la calidad de los clientes, adaptándola al crecimiento del restaurante.

Presentó su restaurante a una amplia gama de personalidades, aprovechando convenciones internacionales, y después de unos años de colaboración, cedió la gestión del restaurante a uno de sus sobrinos, para que lo gestionara y mantuviera su reputación de excelencia.

Después de esto, como suele decirse, todo es historia

Esta salsa/mantequilla, que pese a lo que creen muchos no es francesa, combina una serie de ingredientes secretos, que solo los descendientes del chef conocen.

Dicho esto, hay versiones aproximadas, absolutamente deliciosas, como ésta.

Mantequilla Café de París/Café de Paris Butter.

Ingredientes:

500 gr Mantequilla pomada, ½ Escalonia picada fino, 1 ½ Dientes de ajo picado, 5 Filetes de anchoa picados, 25 gr Alcaparras picadas, 1 Cs[1]  Pimentón de la Vera, ½ Cp[2] Cayena molida, 1 ½ Cs Curry de Madrás, ½ limón, el zumo, ½ limón, rallado finamente, ½ Naranja, rallada finamente, 200 ml Kétchup, 100 ml Mostaza inglesa, 30 ml Brandy, 30 ml Oporto, 12 ml Salsa Worcestershire, ¼ Manojo pequeño de Perejil, picado, ¼ Manojo pequeño de Eneldo, picado, ¼ Manojo pequeño de Mejorana, picada, (en su defecto, orégano), ½ Manojo pequeño de Estragón, picado, 1 Cs Hojas frescas de Tomillo, picadas,  1 Cs Hojas de Romero, picadas, 1 Cp Pimienta negra molida, 1 Cp Sal.

Proceso:

1.        Batir la ligeramente la mantequilla hasta que esté suave y esponjosa.

2.       Agregar las especias secas, los filetes de anchoa, las ralladuras y la sal.

3.       Añadir lentamente el kétchup y la mostaza. Mezclar.

4.       Incorporar el resto de los ingredientes húmedos.

5.       Una vez que la mezcla esté bien homogeneizada, agregar las hierbas, la escalonia, las alcaparras y el ajo.

6.       Unir íntimamente la mezcla.

7.       Enrollar en film hasta conseguir un cilindro de un grosor medio.

8.       Pasar a la nevera para fijar.

9.       Una vez frio, cortar en medallones de un Cm en el momento de usarlo.

NA. También se puede dejar en un recipiente adecuado y en el momento del pase formar una quenelle.


[1] Cs: Cuchara Sopera

[2] Cp: Cuchara de Postre