Chile de Árbol - 15,000/30,000 SHU
Los Chiles de Árbol, clasificados botánicamente como Capsicum
annuum, y conocidos también como pico de pájaro o cola de rata, deben el
nombre de “árbol”, a las ramas leñosas de las matas en las que crecen los
frutos, que adquieren un tono marrón, asemejando a un árbol.
El chile fue documentado por primera vez en el siglo XVI por
Francisco Hernández, un naturalista español enviado al Nuevo Mundo por el rey
de España para realizar un estudio de la flora de México.
Más adelante, como ya se ha comentado, las semillas de esta
planta se introdujeron en el sudeste asiático a través de expediciones
comerciales, llegando también a Europa y Estados Unidos.
Aunque los Chiles de Árbol son originarios de las regiones
de Jalisco, Chihuahua y Oaxaca, hoy en día, se cultivan también en las regiones
de Zacatecas, Nayarit y Sinaloa.
Estos chiles tienen un nivel de picante de medio a fuerte, 15,000 y 30,000 SHU en la escala de Scoville y, aunque
en ocasiones, se pueden encontrar frescos en los mercados locales, se encuentra
más comúnmente en forma seca o en polvo y se utiliza como especia para añadir
sabor y picante.
Los Chiles de Árbol Rojos, son frutos picantes y maduros,
mientras que los Chiles de Árbol Verdes, jóvenes e inmaduros, revelan un sabor
más suave que los rojos.
Los chiles verdes son crujientes y tienen un sabor a hierba,
nuez y ahumado, con un nivel de picante de moderado a fuerte.
Los chiles rojos tienen un sabor ahumado, tánico y herbáceo,
con un picante ácido y penetrante que se siente principalmente en la garganta.
Los chiles de árbol, en su variedad roja, se consideran de los
más populares del mundo y se utilizan como condimento en la cocina asiática y
mexicana.
Los chiles verdes son difíciles de encontrar frescos en los mercados en comparación con sus homólogos rojos.
Los chiles de árbol, en cualquiera de sus variedades, son
una excelente fuente de vitamina A, y contiene altas cantidades de capsaicina,
un compuesto que se cree que tiene propiedades antiinflamatorias y
antibacterianas.
Estos chiles también incluyen vitaminas C y B6, riboflavina,
tiamina, cobre, hierro, manganeso, potasio y fibra.
Las aplicaciones culinarias de los chiles de árbol, tanto
verdes, como rojos son ilimitadas, y se pueden utilizar tanto crudos, como
cocinados.
En adobos, salsas, o en ensaladas, chile con carne, tacos o moles.
En curries o guisos, fritos o asados.
En su versión roja y seca, son fantásticos para aromatizar
aceites, vinagres o bebidas espirituosas.
Molido puede formar parte de blends de especias y marinadas,
en los que aportará sus notas ahumadas y herbáceas.
